martes, 21 de enero de 2014

UN POCO DE HISTORIA

Todos estos aspectos los podemos ver en la historia de Isaac y Rebeca (Génesis 24), aunque claro la Biblia nos muestra en ese relato un caso extremo, pero muy revelador. Ninguno de los dos se conocían antes de unirse, pero para ellos lo importante era la voluntad de Dios. Rebeca fue dócil y obedeció la voz del Señor, y accedió a dejar a su familia y el mundo que le rodeaba para ir con el mensajero de Abraham, quien antes de ver la belleza física de la muchacha tomó en cuenta su buen corazón, pues ella no solamente le dio de beber a él, sino a todos sus camellos sin que él se lo pidiera.
Ambos eran de la misma parentela (del mismo pueblo de Dios) y ambas familias estuvieron de acuerdo en esa unión. Hubo bendición material y espiritual en todo tiempo. Cuando Isaac vio a Rebeca y la llevó a la tienda de su madre, dice la Biblia que “la amó”, esto es que se enamoró de ella. En estos tiempos parecería una locura: ¿Cómo fue que se enamoró de ella sin conocerla? Ah! Dios es sabio y conoce todas las cosas y puso amor en ellos.
Así que no temas, Él nunca te dará una pareja que no ames, Él conoce tus preferencias y anhelos mejor que tú, Él siempre te dará lo mejor para tí y cubrirá, inclusive, todos los demás aspectos de atracción física y afinidad. Si buscas al Señor y su voluntad en tu relación de noviazgo, Él te mostrará el camino, solamente debes estar atento a su voz.
La Biblia el mejor respaldo de un noviazgo.

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